El desafío es lograr que todos los engranajes del complejo sistema se activen sincrónicamente y se sostengan en el tiempo. Esto solo es posible si se cuenta además con el compromiso firme de los líderes políticos que prioricen la continuidad más allá de los cambios de gestión.
Cuando alfabetizar es la prioridad, los actores involucrados en ese proceso tienen que alinearse y comprometerse para que los destinatarios se acerquen lo más posible a la consecución de los objetivos propuestos. En opinión de algunos expertos, es clave caminar juntos hacia la meta. No se puede pasar por alto que las situaciones en nuestro vasto territorio son sumamente disímiles, pero aun así, el avance conjunto es importante.
En 2019, las pruebas ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo)de la Unesco revelaron que el 46% de los chicos de tercer grado no podía comprender un texto simple. Cuando se repitan este año, sabremos si la situación mejoró o empeoró. A juzgar por los resultados de las Pruebas Aprender, no habría demasiadas razones para ser optimistas.
Luego de la campaña #QueEntiendanLoQueLean, lanzada por la sociedad civil, las Pruebas Aprender para tercer grado revelaron que el 30% de los estudiantes están rezagados, 25% en proceso y apenas el 45% alcanza niveles altos de comprensión lectora. Las diferencias entre provincias son notorias, claramente no marchan juntas. La implementación de los planes jurisdiccionales de alfabetización lanzados luego del compromiso asumido por 24 ministros de educación del país en mayo 2024, viene demostrando que hay condiciones educativas que marcan la diferencia, por fuera de los factores externos a la escuela, como el nivel socioeconómico del hogar.
Desde Argentinos por la Educación, enumeran estas condiciones: buena formación docente, tiempo efectivo de enseñanza y continuidad de los equipos directivos, definición de metas y plazos, evaluaciones periódicas y amplia difusión de resultados que deben llegar a las familias y a la sociedad en su conjunto.
Federico del Carpio, coordinador de política educativa de la institución, reseña que más de la mitad de las provincias han implementado acciones de formación docente en el tema alfabetización, aunque pocas con propuestas robustas y de amplio alcance. También la mitad entregó, no siempre al comienzo del ciclo, materiales pedagógicos. La mayoría también realizó evaluaciones para el primer ciclo (1°, 2° y 3° grados), pero solo unas pocas de estas permiten seguimientos personalizados para ofrecer el apoyo específico que se requiere.
El desafío es lograr que todos los engranajes del complejo sistema se activen sincrónicamente y se sostengan en el tiempo. Esto solo es posible si se cuenta además con el compromiso firme de los líderes políticos que prioricen la continuidad más allá de los cambios de gestión.
La tragedia educativa es que como sociedad no hemos sabido comprender la gravedad de la situación, afirma Manuel Alvarez Trongé, presidente de Educar 2050. Hace años que las distintas pruebas vienen dándonos malas noticias que reflejan una dolorosa desigualdad y, sin embargo, no logramos mejorar los aprendizajes ni la calidad del sistema. “Lo primero es cambiar nuestra actitud personal frente a la educación”, afirma. Hemos naturalizado mucho tiempo demasiadas cosas. La alfabetización es la base del andamiaje educativo. La educación debe ser una prioridad y que lo sea dependerá también del grado de responsabilidad asumida por cada uno de nosotros frente al tema.
nuestros egresados de la escuela secundaria tienen graves dificultades para insertarse laboralmente. A la falta de comprensión lectora se le suma el desconocimiento de operaciones matemáticas básicas,
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El 11,6% de los estudiantes de tercer grado se encuentra en niveles de desempeño que indican que recién se están iniciando en la lectura de textos simples