En una dura pulseada política, la vicepresidenta Victoria Villarruel intenta frenar la ofensiva de la oposición, comandada por el kirchnerismo en alianza con algunos sectores de los bloques dialoguistas, entre ellos de la UCR, que pretenden que el Senado sesione este miércoles para sancionar la ley que obliga al Poder Ejecutivo a actualizar por inflación el presupuesto universitario y el rechazo del DNU que aumentó en $100.000 millones el presupuesto de gastos reservados de la SIDE.
Como parte de su estrategia por evitarle una nueva derrota legislativa en el Congreso al Gobierno, la vicepresidenta postergó sin fecha la reunión de presidentes de bloque que debe definir el temario de la sesión. Como objetivo de mínima, Villarruel pretende convocar a dos sesiones para que en una de ellas se trate el proyecto de ley de boleta única de papel y darle así un triunfo legislativo al Poder Ejecutivo ya que terminarían venciendo la resistencia del kirchnerismo a aprobar el cambio en el instrumento de votación.
Sin embargo, según fuentes legislativas, el radicalismo no estaría del todo de acuerdo, por pedido de sus gobernadores, con el texto que impulsa el Gobierno.
El Rey del Panqueque 125, Kirchnerista de alma
“Nosotros queremos sesión ordinaria y tratar el financiamiento universitario y el rechazo del DNU”, le dijo a LA NACION la senadora Juliana Di Tullio (Unión por la Patria-Buenos Aires) al término del plenario de comisiones en el que se firmó dictamen al proyecto que beneficia a las casas de altos estudios y al que el Gobierno se opone. De hecho, el presidente Javier Milei ya dijo que lo vetará, tal como hizo con la ley de movilidad jubilatoria que sancionó el Senado hace dos semanas.
En el caso del decreto de necesidad y urgencia, el golpe sería definitivo ya que el instrumento fue rechazado hace dos semanas en la Cámara baja. Según la ley de trámite legislativo, al ser repudiado por ambas cámaras, el instrumento quedaría sin efecto, aunque las medidas tomadas con esos fondos durante el tiempo que estuvo vigente tendrán plena validez. Por caso, la erogación de las partidas presupuestarias previstas por ese controvertido decreto.
El jefe de la bancada kirchnerista, José Mayans (Formosa), ratificó la postura de su compañera de bloque. En ese sentido, se lo vio en animado diálogo con el radical Martín Lousteau (Capital) mientras se discutía el proyecto universitario. La idea es presionar para que Villarruel convoque este miércoles a la mañana a labor parlamentaria y sesionar el mismo día por la tarde.
Por lo pronto, la vicepresidenta no convocó a labor parlamentaria ayer por la tarde, como se esperaba, y mantuvo una extensa reunión con senadores de la UCR para tratar de acordar un texto sobre boleta única de papel. El encuentro no habría terminado con el consenso necesario.
Villarruel quiere, al menos, amortiguar el duro golpe que implicaría el resultado de una sesión en la que el Senado terminaría aprobado un proyecto repudiado por Milei, el de universidades, y el rechazo del DNU que beneficia al asesor presidencial Santiago Caputo, que maneja la SIDE a través de Sergio Neiffert, hombre de su confianza.
En un intento por darle respaldo a su prédica, durante la tarde del martes un grupo de cinco senadores presentaron un pedido de sesión especial para tratar, este miércoles, el proyecto de boleta única de papel. Firman la nota los jefes de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche (jujuy), de Pro, Luis Juez (Córdoba), y de Cambio Federal y Unidad Federal, los peronistas Juan Carlos Romero (Salta) y Carlos Espínola (Corrientes), y el provincial Carlos Arce (Misiones).