Los fondos eliminados y su limitada efectividad
Los cinco fondos disueltos incluyen:
1.
Fondo Fiduciario para el Desarrollo de
Capital Emprendedor (FONDCE): destinado a promover emprendimientos, pero
con resultados marginales y un alto costo de gestión.
2.
Fideicomiso para la Refinanciación
Hipotecaria: una herramienta que no logró reducir significativamente el
déficit habitacional.
3.
Fondo Fiduciario Público del Programa de
Inversiones Estratégicas: orientado a proyectos de inversión con baja
ejecución y escaso impacto.
4.
Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de
Trata: criticado por su falta de transparencia y efectividad.
5.
Fondo Fiduciario del Programa para
Incrementar la Competitividad del Sector Azucarero del NOA (PROICSA): que
no logró mejorar las condiciones del sector azucarero de manera tangible.
El Gobierno justificó la
medida argumentando que estos fondos no cumplían con sus objetivos de manera
eficiente, generando costos elevados y una burocracia innecesaria.
Las funciones que aún sean relevantes serán reasignadas a
áreas más efectivas dentro del Estado, garantizando la continuidad de las
acciones esenciales sin el peso de estructuras costosas.
Este enfoque busca priorizar el uso responsable de los
recursos públicos. Evitando así la dispersión de fondos en programas
que no reportaban beneficios significativos para la población.
Una decisión en línea con la austeridad
Desde la administración Milei destacaron que la eliminación
de estos cinco fondos fiduciarios responde a la necesidad de un
Estado más ágil, transparente y centrado. Poniendo así el
foco en las verdaderas prioridades de los ciudadanos.
Al reorientar los recursos hacia áreas más críticas, se
espera mejorar la calidad de los servicios estatales y reducir el déficit
fiscal.
Esta medida representa un paso hacia un modelo de gestión
pública más eficiente, coherente con el compromiso del Gobierno de poner
fin a las estructuras ineficaces. Además, la medida
busca promover un uso racional del presupuesto nacional.